No hijo, no me imites; ya no. Has crecido, ahora eres tú el guerrero, el héroe que tiene que rescatar a tú princesa de las garras del depredador de turno, el que tiene que despertar a la bella durmiente de unos sueños y quimeras que la esclavizan todavía más; convertir a la cenicienta en princesa y no a la princesa en cenicienta. Llegó la hora de que seas tú quien ame y conquiste el mundo con los ojos cerrados.
Mi batalla ha terminado; no intentes seguirme, no repitas mis derrotas, ni mis batallas ganadas. Unas y otras me agotaron por igual, necesito descansar. No me imites, ya no; ni el mundo es el mismo, ni yo lo que un día fui.
10 comentarios:
Ese tipo de guerreros luchan sus batallas no por amor al enfrentamiento, sino por amor a la justicia...de ese tipo son los guerreros que necesitamos...
...y no hay retiro válido para ese menester!
Un abrazo.
Guerreros llenos de fuerza, de valentía, de paz, esos que quieren y luchan por la justicia..
Precioso relato Xosé Antón,me ha encantado!!
besoss de tu niña
sara
Xosé Antón, parécenme unhas sabias palabras na voz de un home xoven aínda, máis coido que están no certo, cada tempo ten o seu momento.
Unha aperta.
Neogeminis,Sara, esencialmente es eso, la eterna batalla contra la injusticia.
Bikiños
Balteu, paisano, grazas; a xuventude tamén ten edades, claro que sí. Pero, amigo, hay que ir deixando paso a os que veñen detrás. :)
Saudos
Los guerreros intentan luchar para conquistar su victoria, luchar contra lo que creen, no se dan por vencidos, así deberíamos ser todos, no dejarnos vencer en las derrotas y seguir intentándolo con energía y entereza.
Un beso.
Cada uno libra su propia batalla. Tú no puedes abandonar la tuya, con tan justa causa. Se necesitan guerreros así porque la guerra continua.Un abrazo y un deseo: que nunca nos demos por vencido!
Xose, me alegra mucho leerte.
Desde luego aquellas fueron nuestras batallas, perdimos algunas y ganamos por lo menos experiencia, para decirle al joven guerrero estas hermosas palabras, una batalla ante sus ojos la vida, la del amor, la de la justicia, la de la generosidad y la comprensión, la de la curiosidad nunca rendida, la del gozar el día a día, la de los ideales. Paladín nuevo, a su batalla, !suerte! contra los dragones y una bella princesa que salvar, de nombre sueño, vida, ilusiones. Bico muy cariñoso.
Sí, Mar, la vida en sí misma es una constante lucha.
Pues yo ya tengo ganas de descansar, Cas, lo que ocurre es que sus batallas son otras, no las nuestras. :)
Tal cual, Natàlia, suerte, que también la necesitarán. Jajaja.
Me ha encantado este "mensaje".
Un abrazo
Mercedes
Un relato precioso con un mensaje verdadero, lleno de fuerza, que no busca un heroe a la antigua usanza sino más profundo, que vea más allá de lo superficial.
Un abrazo
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