diciembre 18, 2010

Ha nacido ya...

En el portal http://revistaterral.com/  ha nacido ya el Capítulo I de la REVISTA TERRAL e IMPULSOS se une al deseo: ¡¡¡LARGA VIDA TERRAL!!!


Felices Fiestas y Próspero Año Nuevo


Chin-Chin
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octubre 30, 2010

Halloblogween: Aviso a navegantes



Aviso a navegantes…, parece que un medio de prensa, de los importantes, ha recibido una documentación bastante delicada; con la advertencia de que si no la publicaba, comenzarían a mostrarla por todas las calles y plazas del país. Según los rumores, se trata de material peligroso que amenazaría, sobre todo, la vida privada de muchos ciudadanos. Inmediatamente, el periódico denunció la coacción a la que intentaban someterlo y puso toda la información a disposición de la policía.
Las filtraciones, no se sabe si periodísticas o de la misma policía, apuntan a que la autoría de semejante agresión, una travesura de mal gusto de consecuencias imprevisibles, correspondería a un grupo de jóvenes estudiantes, probablemente universitarios; pero dado el volumen y variedad del contenido remitido al periódico, se teme que detrás de esos individuos esté alguien más.  Continuando con el hilo de rumores, dicha travesura incluiría un sin número de pruebas: vídeos, fotografías y otros muchos documentos inculpatorios que denuncian un amplio espectro del lado oscuro de la sociedad; sobre todo infidelidades y conductas, cuando menos, indecorosas de multitud de ciudadanos anónimos. Todo un compendio más propio del espionaje al servicio de las organizaciones secretas de inteligencia que de unos niños mal criados.
Por lo que, “aviso a navegantes” –sí, es una expresión de advertencia bastante popular, como corresponde a la ocasión–, además del miedo a la crisis, el paro, la hipoteca…; ahora, para estos días de Halloween, se le ha de añadir, en los casos que corresponda, la posibilidad de aparecer con “el culo al aire” ante los ojos de todo el mundo.
Afortunados aquellos o aquellas que cuenten con razones de “peso” o disculpas convincentes…


Otros miedos en el Halloblogween de Teresa Cameselle.
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octubre 13, 2010

Entre Paréntesis (Radio Villalba): charla sobre los microcuentos

Grabación de la charla sobre los microcuentos que se emitió en el programa "Entre Paréntesis" de Radio Villalba; presentada por Mercedes Gómez, Ramón Cañada y Clara García, con la colaboración de Ramón Alcaraz. En esta ocasión, leyeron tres microrrelatos y míos y, también, participé como invitado.

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septiembre 30, 2010

Relatos leídos en la radio (Radio Villalba)

Radio Villalba emite un programa dedicado a la lectura de cuentos en directo en la que participa Ramón, comentando los relatos. Entre los textos emitidos, han elegido tres míos:

Tiempos de crisis
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Dama efímera
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Si y No
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agosto 08, 2010

Hijo, ahora eres tú el guerrero


No hijo, no me imites; ya no. Has crecido, ahora eres tú el guerrero, el héroe que tiene que rescatar a tú princesa de las garras del depredador de turno, el que tiene que despertar a la bella durmiente de unos sueños y quimeras que la esclavizan todavía más; convertir a la cenicienta en princesa y no a la princesa en cenicienta. Llegó la hora de que seas tú quien ame y conquiste el mundo con los ojos cerrados.

Mi batalla ha terminado; no intentes seguirme, no repitas mis derrotas, ni mis batallas ganadas. Unas y otras me agotaron por igual, necesito descansar. No me imites, ya no; ni el mundo es el mismo, ni yo lo que un día fui.
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julio 19, 2010

Encuentro y rape inolvidable

       Este sábado pasado, nos reunimos Teresa y Raúl, Natalia y Ferrán, y María y yo; las tres parejas visitamos Mugardos, el pueblo de Teresa, de su infancia. Inolvidable e inolvidable el rape que comimos. Hay que volver; además, nos queda pendiente el pulpo a la mugardesa.

Podría hilar hasta no terminar nunca una imagen de adjetivos, pero es mucho mejor que lo visitéis personalmente; así, también, podréis saborear los frutos de ese pueblo marinero y catar los vinos blancos gallegos (son muy buenos). Me planto aquí, agradecido a Teresa y su marido por su amable y generosa hospitalidad y a Natalia y Ferrán, otros dos compañeros de aventuras, entrañables y sabios. Muchas gracias a los cuatro, de parte María y mías; os las merecéis.
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julio 13, 2010

Martes y 13

¡Anda, no es mala leche ni nada! ¡Qué ironía! Metidos de lleno en la implacable resaca, con la cabeza como un "balón de fútbol", descubrimos que, después de desbordar felicidad a raudales(raudales, no caudales; puntualizo, qué éstos últimos, aunque parezca mentira, continúan siendo escasos), el día de después resulta ser martes y 13. Ayer no me di cuenta, lo juro. No me extrañaría que la culpa la tengan los condenados de los políticos, en absoluto; son capaces de cambiar los días del calendario a propósito para que volvamos a la crispación de siempre. Tanta felicidad no puede ser sana. ¡Je je je!.

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julio 12, 2010

¡¡¡CAMPEONES!!!


Hemos ganado, somos campeones; todos.
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julio 08, 2010

Jueves Relatos: Amor



Amores que refrescan

Treinta grados, húmedos y calientes. Le robé las flores al jarrón de la sala y me fui a la cocina. La casa era nuestra, de los dos, nadie se interponía entre nosotros; se habían ido todos a la playa. Ella y yo, uno frente al otro… Espera –le dije–, aguarda un momento, ni te muevas; voy a bajar un poco el aire acondicionado.
Me acerqué al interruptor marcha atrás, para que no viese las flores que escondía a mis espaldas. Así estaremos mucho mejor, y me acerqué. Con una sonrisa más redonda que la luna llena, deleitándome de placer, agarré el asa con suavidad y tiré; despacio, jugando con al vaivén del abre y cierra para sentir su frescor en la cara. Abierta de par en par, alcancé la jarra de agua y, con un movimiento a lo Jhon Wayne, metí el ramo dentro. Son para ti y se las dejé encima.
Ya con las dos manos libres, introduje una en su interior, notando la vaharada de frescor y me serví la sangría de cava que me estaba enfriando.
¡Te quiero! –casi le grité de placer–; y le volví a cerrar la puerta con mimo y delicadeza. Así, para que no te descongeles nunca, ¡amor mío!

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julio 01, 2010

La ternura, un canto a la esperanza

A veces, cuando menos se espera, nos sorprende una imagen que se desmarca del cuadro cotidiano. Hoy, camino de casa de mis padres, en un tramo cuesta arriba y estrechado por las obras, me vi obligado a aminorar la marcha. Dos ciclistas, padre e hija, uno a la par del otro, apuraban la pendiente como si se tratase de un puerto de primera. La chiquilla, de nueve o diez años, pedaleaba a un ritmo más alto y con las dudas de equilibrio de los primerizos y el padre la arropaba con la cadencia del experto; moviendo con firmeza los pedales, mientras empujaba con una mano las espaldas de la aprendiza.

Quizá por tener el sol de frente, camino del ocaso, quizá por la estrechez de la vía y el caos de las obras (auténtica metáfora de la realidad actual), quizá por la escena entrañable, un gesto de absoluta ternura, o quizá por las tres al mismo tiempo; me sentí conmovido. No he podido evitar, mientras, obligado, acompasaba la marcha para mantenerme a su paso, contemplarlos y sentirlos como un canto a la esperanza, al optimismo. Una esperanza que ascendía a pesar de las estrecheces de las reformas, empujada por el amor del padre y la ilusión de la pequeña; todo ternura, ternura entrañable con el sol al frente. Descubrí la dureza del esfuerzo en el rostro colorado y sudado de la niña cuando los sobrepasé; pero también la sonrisa tranquila y alegre de su progenitor por haber alcanzado la cima. Y yo realicé lo que me quedaba de camino esperanzado y optimista, con esa cara de bobo que nos queda cuando nos sorprende la felicidad.
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junio 23, 2010

EL micro de moda: "REFORMA"



Reforma,
el micro de moda:

Reforma es la forma de como un partido de izquierdas gira a la derecha sin ceder el paso.





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mayo 29, 2010

¡Qué tragedia!, se agotan los iPad



¡Qué desastre, menuda tragedia! Se agotan los iPad, quedan muy pocos. Como no nos demos prisa quedaremos sin ellos y, por lo menos, habrá que esperar dos o tres interminables meses para adquirir los siguientes.

Los teléfonos de los centros comerciales se bloquearon ante la avalancha humana que, desesperada, intentaba conseguir uno. Si ya llegó con retraso, quedarse sin él sería un auténtico cataclismo nacional.

Tal es la angustia que se palpa en las calles, que la gente se mueve en desbandada, con la mirada perdida y el rostro desencajado, y no se hincan de rodillas para gritar:  "un iPad, un iPad, por favor" porque ya se quedaron sin voz.

Y yo, yo voy a comprobar si aún quedan plazas libres en el manicomio para reservar una con tiempo; no vaya a ser que se agoten como ocurrió con el iPad.

Mas información: europapress
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mayo 22, 2010

Certamen EÑE



Estos días me estoy divirtiendo con el certamen de microrrelatos que organiza EÑE. La posibilidad de ver los relatos que entran a concurso y las dimensiones de los mismos permiten seguir con facilidad como se va desarrollando. Más que el concurso en sí, me distrae la variedad y la competencia que parece avivarse según van transcurriendo las semanas. Nunca había seguido de cerca este tipo de certámenes y en alguno que participé, tan sólo me queda el recuerdo del envío de los relatos, porque del resto no he sabido nada. Porque, aparte de los premiados, se puede ver y comparar las distintas opciones y apuestas. Algo muy agradable de ver y que ayuda a valorarse incluso uno a sí mismo.

(Bueno, tengo pendiente la duda de si los mensajes que me envían al móvil con el código van a cargarlos en mi cuenta o no).  :)
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mayo 08, 2010

Ebook ¡Contraataque!

Vídeo que muestra el descubrimiento del libro; el ebook contraataca.

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abril 15, 2010

LAS VERDADES: Cuando la verdad se viste de blanco

La verdad cuando viste de blanco convierte lo falso en mentira. Y vestida así, de blanco, virgen, es una novia por la que todo novio suspira. Aprovechando la oportunidad que Gustavo y su blog "Gustavo en micro"  me brinda con el tema "Las Verdades" (él las escribe en minúsculas, sus razones tendrá), me acercaré a un "particular" filósofo que se encuentra a la salida del pueblo. No sé por qué se encuentra allí, creo que nadie lo sabe -no es hablador, su saludo es más caro que la sonrisa de un banquero-, pero cuando salgo o entro en la villa lo veo paseando río abajo, río arriba, o apoyado en la barandilla del puente; puente y puerta del lugar.

Desde niño, muy niño, me di cuenta que la verdad era un artículo de lujo; más propio de quien podía pagarla y, aún así, la muy condenada, era y continúa siendo esquiva. Al mismo tiempo que le asusta decirla, la gente vive con miedo mientras la oculta. ¿Qué tendría la verdad para costarnos tantas mentiras?, me llegué a preguntar,  porque si costaba lo suyo poseerla, mucho más caro resultaba vivir sin ella. Tampoco he tenido el valor de interrogar a nadie, bastaba con ponerla en duda, aunque la realidad fuese muy evidente, para que la ofensa adquiriera matices críticos. Pero, gracias a Gustavo, creo que llegó la ocasión de ir a preguntarle al desconocido; al fin y al cabo, que se sepa, nunca le causó daño a nadie.

Descendí por un lado del puente hasta la orilla del río, donde él estaba de pie, apoyado en uno de los pilares de piedra. Tan pronto llegué a su altura, se sentó en un saliente de roca, donde lo había visto muchas veces; indiferente a cuanto le rodeaba, como si no se percatara de mi presencia. Al acercarme descubrí que no era tan viejo como parecía, casi todos los vecinos, jóvenes y viejos, dicen recordarlo tal cual; pero a dos pasos de él, juraría que no llegaba a los sesenta años. Aparte de una barba larga, por su apariencia física y sus ropas se podría confundir con un parroquiano cualquiera; nada, absolutamente nada, de su conjunto destacaba.

Para no ser maleducado y, además, mostrarle que estaba allí, lo saludé con toda la amabilidad que me era posible.

-Hola, buenas tardes, ¿qué hace? -juro que me arrepentí de la pregunta tan pronto salió de mi boca.
-Espero -así, tal cual se lee, seco.
-¿Espera? -exclamé, imaginando mi cara de estúpido, y no me resultó difícil.
-Sí.
-¿A quién?

Monosílabo a monosílabo, me iba a llevar más tiempo hablar con él, que lo que me está llevando mi recuperación. No lo dudé ni un momento, si quería el relato para el jueves, debería de ir directo al grano.

-Sabe... -tímido y dubitativo, tanto por no expresarme correctamente, como por miedo a ofenderlo-, quería preguntarle una cosa, ya que siempre lo veo por aquí, meditando...
-Espero...
-¿Espera?
-Sí.

Vaya, si ya eran poco los monosílabos, encima los repetía; no acabaría, nunca me dije para mis adentros.

-Creí que meditaba...
-No medito, espero -me cortó antes de poder hacerle la pregunta. Menos mal que habíamos avanzado tres palabras, con un poco de suerte quizá...
-¿Y se puede saber a quién o qué espera? -la impaciencia, que me hizo alzar la voz, más de lo que debería.

Torció la cabeza hacia mí. Fue la primera vez que me miró, de arriba abajo; luego devolvió la mirada al río, que debido a las lluvias bajaba ruidoso y con prisa, como si le perteneciera.

-Espero por los viejos
-¿Por los viejos? -Si no creyó que yo era tonto, sordo sí que tuvo que pensarlo; y con razón.
-Sí, la mayoría de jóvenes del pueblo salieron en busca de la verdad y estoy esperando por ellos.

Me dio vergüenza, me la dio; juro que le había oído que estaba esperando por unos viejos.

-Creí haberle entendido que esperaba a unos viejos...
-Sí, no vendrán hasta que sean viejos.

¡Joder!, éste todavía está más loco, y eso que yo había ido con una duda que... En ese momento me maldije interiormente; ¿por qué coño me había ofrecido a participar, precisamente, este jueves?

Al darse cuenta de que era yo quien guardaba silencio, volvió a mirarme y me preguntó.

-¿Y tú, qué querías?
-Yo venía, precisamente por eso..., a preguntarle por la verdad, si sabría... -mi voz se iba achicando como la de un juguete con las pilas agotadas.
-Que los jóvenes se marchen en busca de la verdad..., pero tú ya no tienes edad para esas cosas.

Al mismo tiempo que hablaba se fue incorporando, antes de terminar ya me había dado la espalda; partió río abajo, como las aguas, igual de oscuras y revueltas.

Convocatoria literaria del jueves: Las verdades
Información y coordinación, blog: Gustavo en micro

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abril 12, 2010

Ángel


El despertador atronó en la oscuridad, hirió de muerte al silencio. Una retahíla de juramentos se confundieron con las estridencias asesinas; adjudicándole una supuesta personalidad e, incluso, familia a la caja de cuerda. Entre tinieblas y ring-ringnes, una mano descargó con torpeza su  peso y su ira encima del reloj. Excitada, la bombilla se inflamó e inundó los diez metros cuadrados de estancia con luz amarillenta; encendió del día.

Con ese gesto tan común y familiar, Ángel, el cartero, volteó las mantas. Un día más enojó a su compañera con el inoportuno destape, que le dio la espalda entre gruñidos incomprensibles. Con la ayuda de las protestas, el cartero echó los pies al suelo y, ante la delgadez del colchón, crucificó las nalgas en el larguero de la cama. Miró como las agujas del reloj le clavaban las ocho menos cuarto en la boca del estómago y se lo oprimían. Melancólicos instantes, atrapados todavía por el calor de las sábanas, le obligaron a abrir la boca a lo hipopótamo y a estirar los brazos hasta llenar la habitación.

Detrás de los calcetines limpios, se retorció a un lado y al otro, tanteó con las manos sus alrededores y adoptó posturas de circo sin prestar atención a los crujidos de las articulaciones; pero al incorporarse, cuando se puso en pie, había conseguido vestirse de cintura para abajo; incluso aprovechó el último enderezo de columna para asentar los pantalones. En el vistazo de aprobación comprobó que se había olvidado de atar uno de los zapatos; le dedicó otra andanada de maldiciones y, sin atreverse a sentarse de nuevo, se zambulló de lleno en el nuevo día.

Arrastrando un pie de tras de otro, entró en el cuarto de baño; en el espejo lo esperaba el cincuentón canoso de siempre, cada vez con menos pelo y más arrugas. Allí estaba desde el día anterior. A pesar de mandarlo a la mierda en vez de desearle un feliz descanso, no se había ido; era como si hubiera pasado la noche al otro lado del cristal. No le costó ponerse de acuerdo, estaba convencido de que lo imitaba hasta cuando le daba la espalda. Si uno no se afeitaba el otro tampoco; el cepillado de dientes, un enjuague y el chapuzón de cara, no mucho más de las narices, serviría. Apenas se pudieron asentar las canas, el tiempo dedicado a contemplar el avance de la calva fue mayor; el aseo remató con una mirada a los ojos a modo de insulto y despedida.

Con un tirón de solapas asentó el tres cuartos, más ágil y metido en faena; iba despertando con el abrir del día. La gorra, que no se la fuera a olvidar; la descolgó de la percha y se la incrustó hasta las orejas, mientras salía y cerraba la puerta. Se dirigió hacia la moto, con los guantes de lana que su mujer le había confeccionado en una mano. A semejantes alturas, ya tenía que inclinar más el ciclomotor que podía levantar la pierna y, con la ayuda del cuerpo, se enderezó en busca del equilibrio. Dos, tres, cuatro…, pedaladas y el motor arrancó, no sin jurar como su dueño; a saber si por el madrugón o por los setenta y muchos kilos repartidos en el sesenta y pico del cartero.

Éste, con el pensamiento en el chato de jerez con aguardiente y la charla matutina en la taberna, se colocaba los guantes sin prisas, indiferente a los runrunes de la montura. El día ya no necesitaba luz artificial.
El vagón de correo no llega hasta las diez y para ordenar los envíos le bastaba con una hora, pero a pesar de sus despertares, nunca aparecía después de las ocho y media por la taberna.
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marzo 31, 2010

Artículos sobre los ebooks

Artículo sobre los ebooks: El Cultural.es (el enlace del artículo es cortesía de Ramón)



Me gusta el artículo, no veo más que ciegos intentando dar palos a diestro y siniestro... El ebook o libro electrónico ya hace tiempo que circula, tanto en América como en Japón; aquí en España, se conoce que no ha podido evitarse por más tiempo el desembarco. Internet, Internet y la piratería; parece como si no hubiese más opciones. La informática ha puesto al alcance de la mano y al instante cualquier libro que se le antoje al lector; los autores de hoy, no sólo compiten con la Historia; además, se encuentran con los caprichos del lector. Éste, se reparte en multitud de posibilidades, entre las que está convertirse en autor aficionado mediante las ventanas o blogs esparcidos por todo el ciberespacio. Antes había que desplazarse, cada poco tiempo, a una librería para mantener el ritmo de lectura; y ante la imposibilidad de abarcar todo lo escrito, había que conformarse con el márquetin o los consejos de los entendidos -llámeseles editores, libreros o el  mal expresado "boca a boca"-; hoy nadie da abasto, ni lectores, ni autores. Por lo menos a mí, me cuesta una barbaridad sacar tiempo para leer un libro; perdido en las numerosas posibilidades, hasta la curiosidad me resulta agotadora. De la ilusión que me causaba entrar en una librería, he pasado a casi sentir repulsa al verla. Aún así, intento disfrutar de la lectura, me da igual de dónde proceda ésta; es más, a veces, la lectura de un blog, de un autor aficionado, me produce tanto o más satisfacción que una novela encumbrada.

Creo que rondan los setenta u ochenta mil libros impresos por año, malamente consigo darme cuenta de una docena; leer, con suerte, a lo mejor dos o tres novedades. Si esto lo puedo considerar como un lector normal, aún siendo buenos, sobran más allá de la mitad de los libros publicados; y por desgracia, dar con uno que merezca la pena es más difícil que acertar la primitiva.

El negocio, supongo que continuará igual, con o sin piratería, el dinero acabará en manos de los de siempre. El resto de autores, que también será la mayoría, tendrá que buscarse las habas, más o menos, como hasta ahora. La única diferencia, es que podrán acceder al público en general con mayor facilidad, sin intermediarios; pero a la vez, sin fama ni emolumentos compensatorios. A los menos les levantarán estatuas, siempre y cuando aplaudan al sistema; si no, elegirán a los que más les convengan entre los autores ya fallecidos; el resto, será eso: un resto, anónimo; salvo para ese lector, también anónimo.

Libro de papel o libro electrónico, supongo que para la obra, el arte en sí misma, dará lo mismo; si acaso, se libraran muchos árboles de convertirse en celulosa. Y al lector, si se le puede aconsejar, decirle que continúe buscando y leyendo bajo su propio criterio y lo más barato posible(mejor gratis, si puede); sea en una lectura o en otra, encontrará la que le satisfaga.

Yo todavía no he comprado el ebook, aunque tengo intenciones de hacerlo; estoy esperando a que sea más barato.

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marzo 23, 2010

Reformas...



Cuidado, entrar con cuidado, el blog está en reformas y ni yo mismo sé cómo acabará... A ver si con la puesta patas arriba ayuda a tomar carrerilla y volvemos de nuevo a la "normalidad".



Mientras tanto, bikiños.
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marzo 17, 2010

Te quise...


En este tiempo de espera, dedicado a la absoluta vagancia (siendo vago, nunca creí que se pudiera ser tanto), guardé papel y lápiz -y la musa con ellos- y me dediqué a hacer de escritor. Es decir, nada de nada; que -según dicen-, son los principios del oficio. Abandonado a esa deriva, me dejé atrapar por la curiosidad, tonta y desinteresada, que lleva a perderse en los lugares más insospechados. En el abrir y cerrar puertas, curioseando por el disco duro, me encontré con este texto en la carpeta Tintero, (lugar donde empiezan nuevas ilusiones -y acaban viejos desengaños-; es decir, los intentos de escribir). Ni siquiera tenía título, aparecía guardado con frase y media, por lo menos, como los suele guardar Word cuando no se les da nombre (creo que eso fue lo que me llevó verlo), y al leerlo me sorprendí. No lo reconocía. Aunque estaba en la carpeta Tintero, donde guardo los archivos que escribo yo, no me sonaba en absoluto. Si fui yo quien lo escribió, a saber cuándo y por qué; también cabe la posibilidad de que se trate de algún ejercicio del taller, la parte de un texto para trabajar con él... No lo sé.  Al fin y al cabo, eso es lo de menos; la razón de porqué lo subo es para preguntaros si a vosotros os ha sucedido algo así; encontrarse con un texto, casi con toda probabilidad de uno mismo, y no reconocerlo.

Intentaré recompensar vuestros comentarios más adelante, cuando termine de recuperarme (otra muy posible causa de esta anécdota). Gracias y bikiños a montones.
     
El dichoso texto (advierto que modifiqué -corregí- algunas cosas, por si se diera el caso de que no nació precisamente en la carpeta Tintero. También añado una imagen bajada de Internet para crear ambiente):

"Te quise. Te amé con la desesperación de un hambriento. Apareciste en silencio, como un barco sin motor; un barco de vela. Llegaste con el viento, ondeando el trapo. Te quise. Te amé sin temor y sin juicio. Me cautivaste con el sigilo de la brisa; en medio de un mar en calma, entre susurros y suspiros. Te quise. Te amé hasta el tormento. Eras una parte de mí que había perdido y que no he vuelto a encontrar desde que te conocí. Te quise, nací queriéndote. Esa sonrisa tuya, que abre las puertas del cielo. Te quise. Y te quiero con la vehemencia de una tempestad. Te quise y te continuaré queriendo; quizá porque algo en mí necesite del azar de los sueños o, tal vez, sólo se trate de ausencia. El vacío que dejará tu partida se agranda cuando te acercas."

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marzo 08, 2010

Feliz día


 
Feliz día. Feliz día..., hora y cada instante de vuestras vidas. Abuela, madre, esposa, hija, amiga o amante nunca he dejado de admirarte; no, para vivir necesito alimentarme de vuestra sonrisa a diario. Sé que no es posible, a veces hasta me dais palos; pero, incluso así, con mis miedos, mujer te sigo amando. Feliz día mujer, así,  mujer, sin el trabajo añadido. Porque no creo que el trabajo sea un bien para nadie, al contrario nos esclaviza.

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enero 26, 2010

Melancolía

Se está haciendo tan largo el tiempo de recuperación que hasta el blog comienza a tener telas de araña. Por eso, aunque sólo sea una mirada hacia atrás, necesita de un "impulso".


Melancolía

Siento la melancolía como una piedra que se resquebraja y se convierte en arena, arena cada vez más fina que se cuela entre los dedos al cerrar la mano. La melancolía es como un viaje en tren; un viaje que se anda despacio, muy despacio y con el "tracatrá" golpeando el pecho. Un viaje marcha atrás, con la mirada puesta en los recuerdos que se alejan como los postes de la luz, como los prados y las tierras de labranza. Allá quedan, al otro lado del horizonte, el pueblo, las montañas y el cielo más cercano. Pero es un horizonte engañoso, con el retorno nada es cierto, ni los recuerdos. Y la melancolía lo sabe.

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enero 08, 2010

¡Sonríanle al 2010!




¡Ay!, en estos instantes de resaca, de cuesta arriba, de cuadrar cuentas incuadrables, ojalá que no se olviden de la sonrisa; son momentos de quererse a uno mismo, sí, a pesar de los pesares. Sonríanle al nuevo año, que por su semejanza con los anteriores, más parece un viejo con bastón; muéstrenle su sonrisa para que entienda que ni así puede con nosotros. Nada como valerse por uno mismo, sin necesidad ni alianzas con del tiempo, para que el año se porte bien; ¡qué remedio le queda!
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