enero 25, 2011

Stupidocracia

Existió hace mucho, mucho tiempo, un pueblo en el que sus ciudadanos se ataban un brazo a la espalda, doblan una pierna para andar o se vendaban un ojo. Quienes los visitaban se preguntaban por qué actuaban de esa manera y, seguros de sí mismos, con mucho orgullo, a todos les respondían lo mismo:

-Se trata de nuestro sistema de gobierno, único e incomparable. Cada cierto tiempo -el que lo contaba no se acordaba del número de años- se eligen a nuestros gobernantes a mano levantada y, para que nadie haga trampas, es obligado atarse la otra a la espalda. Lo de la pierna y el ojo, tienen ese mismo origen. Como unos levantaban la mano derecha y otros la izquierda, acabaron asociándose de esa forma dando como resultado la formación de dos partidos; los de derechas y los de izquierdas. Esto llevó a que los líderes, para demostrar su valía y honestidad, adoptaran el compromiso público de no sólo atarse el brazo, sino también la pierna e, incluso, se vendaran el ojo correspondiente. Salvo los oídos, esos debían estar siempre limpios y despejados, para no sólo oír, sino escuchar cualquier orden a ejecutar. Como puedes comprobar -explicaban al visitante, enseñándole las estatuas de sus gobernantes-, todos tienen un ojo vendado (los había incluso con el brazo y la pierna atados al mismo tiempo, pero esos eran los menos). Y a la lógica pregunta de ¿y los del centro?- Según se cuenta, los del centro se vendaban la boca o si no se ponían bragas o calzoncillos de castidad.

-Vaya, sabía lo de los cinturones o las bragas de castidad, pero lo de los calzoncillos no. -le dije a quién me estaba contando semejante disparate.

-Pues, te parecerá mentira; pero por lo que he oído contar de ellos, los hombres eran más partidarios de utilizar los calzoncillos y, en cambio, las mujeres preferían taparse la boca; o por lo menos parece que esa era la creencia más generalizada.

-¿Y sabes qué sistema de gobierno era?

-Sí, claro; según comentarios de quienes los visitaron, le llamaban: Stupidocracia.

-¿Estupiqué?

-No te rías -me corrigió-, hace mucho, mucho tiempo que desaparecieron.
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diciembre 18, 2010

Ha nacido ya...

En el portal http://revistaterral.com/  ha nacido ya el Capítulo I de la REVISTA TERRAL e IMPULSOS se une al deseo: ¡¡¡LARGA VIDA TERRAL!!!


Felices Fiestas y Próspero Año Nuevo


Chin-Chin
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octubre 30, 2010

Halloblogween: Aviso a navegantes



Aviso a navegantes…, parece que un medio de prensa, de los importantes, ha recibido una documentación bastante delicada; con la advertencia de que si no la publicaba, comenzarían a mostrarla por todas las calles y plazas del país. Según los rumores, se trata de material peligroso que amenazaría, sobre todo, la vida privada de muchos ciudadanos. Inmediatamente, el periódico denunció la coacción a la que intentaban someterlo y puso toda la información a disposición de la policía.
Las filtraciones, no se sabe si periodísticas o de la misma policía, apuntan a que la autoría de semejante agresión, una travesura de mal gusto de consecuencias imprevisibles, correspondería a un grupo de jóvenes estudiantes, probablemente universitarios; pero dado el volumen y variedad del contenido remitido al periódico, se teme que detrás de esos individuos esté alguien más.  Continuando con el hilo de rumores, dicha travesura incluiría un sin número de pruebas: vídeos, fotografías y otros muchos documentos inculpatorios que denuncian un amplio espectro del lado oscuro de la sociedad; sobre todo infidelidades y conductas, cuando menos, indecorosas de multitud de ciudadanos anónimos. Todo un compendio más propio del espionaje al servicio de las organizaciones secretas de inteligencia que de unos niños mal criados.
Por lo que, “aviso a navegantes” –sí, es una expresión de advertencia bastante popular, como corresponde a la ocasión–, además del miedo a la crisis, el paro, la hipoteca…; ahora, para estos días de Halloween, se le ha de añadir, en los casos que corresponda, la posibilidad de aparecer con “el culo al aire” ante los ojos de todo el mundo.
Afortunados aquellos o aquellas que cuenten con razones de “peso” o disculpas convincentes…


Otros miedos en el Halloblogween de Teresa Cameselle.
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