Ven, acércate y atiende, que te voy a contar un secreto. ¿Ves aquellos acantilados donde las olas baten con fuerza y se vuelven blancas? ¿Los ves? ¿Sí? Cierra los ojos e intenta imaginártelos ¿Puedes? ¿Y las olas? ¿Igual de blancas? Allí está mi padre recogiendo percebes.
¿A él no eres capaz de localizarlo? ¿Ni con los ojos abiertos? Ya... Fíjate bien. ¿Nada? Pues cierra otra...