abril 12, 2010

Ángel


El despertador atronó en la oscuridad, hirió de muerte al silencio. Una retahíla de juramentos se confundieron con las estridencias asesinas; adjudicándole una supuesta personalidad e, incluso, familia a la caja de cuerda. Entre tinieblas y ring-ringnes, una mano descargó con torpeza su  peso y su ira encima del reloj. Excitada, la bombilla se inflamó e inundó los diez metros cuadrados de estancia con luz amarillenta; encendió del día.

Con ese gesto tan común y familiar, Ángel, el cartero, volteó las mantas. Un día más enojó a su compañera con el inoportuno destape, que le dio la espalda entre gruñidos incomprensibles. Con la ayuda de las protestas, el cartero echó los pies al suelo y, ante la delgadez del colchón, crucificó las nalgas en el larguero de la cama. Miró como las agujas del reloj le clavaban las ocho menos cuarto en la boca del estómago y se lo oprimían. Melancólicos instantes, atrapados todavía por el calor de las sábanas, le obligaron a abrir la boca a lo hipopótamo y a estirar los brazos hasta llenar la habitación.

Detrás de los calcetines limpios, se retorció a un lado y al otro, tanteó con las manos sus alrededores y adoptó posturas de circo sin prestar atención a los crujidos de las articulaciones; pero al incorporarse, cuando se puso en pie, había conseguido vestirse de cintura para abajo; incluso aprovechó el último enderezo de columna para asentar los pantalones. En el vistazo de aprobación comprobó que se había olvidado de atar uno de los zapatos; le dedicó otra andanada de maldiciones y, sin atreverse a sentarse de nuevo, se zambulló de lleno en el nuevo día.

Arrastrando un pie de tras de otro, entró en el cuarto de baño; en el espejo lo esperaba el cincuentón canoso de siempre, cada vez con menos pelo y más arrugas. Allí estaba desde el día anterior. A pesar de mandarlo a la mierda en vez de desearle un feliz descanso, no se había ido; era como si hubiera pasado la noche al otro lado del cristal. No le costó ponerse de acuerdo, estaba convencido de que lo imitaba hasta cuando le daba la espalda. Si uno no se afeitaba el otro tampoco; el cepillado de dientes, un enjuague y el chapuzón de cara, no mucho más de las narices, serviría. Apenas se pudieron asentar las canas, el tiempo dedicado a contemplar el avance de la calva fue mayor; el aseo remató con una mirada a los ojos a modo de insulto y despedida.

Con un tirón de solapas asentó el tres cuartos, más ágil y metido en faena; iba despertando con el abrir del día. La gorra, que no se la fuera a olvidar; la descolgó de la percha y se la incrustó hasta las orejas, mientras salía y cerraba la puerta. Se dirigió hacia la moto, con los guantes de lana que su mujer le había confeccionado en una mano. A semejantes alturas, ya tenía que inclinar más el ciclomotor que podía levantar la pierna y, con la ayuda del cuerpo, se enderezó en busca del equilibrio. Dos, tres, cuatro…, pedaladas y el motor arrancó, no sin jurar como su dueño; a saber si por el madrugón o por los setenta y muchos kilos repartidos en el sesenta y pico del cartero.

Éste, con el pensamiento en el chato de jerez con aguardiente y la charla matutina en la taberna, se colocaba los guantes sin prisas, indiferente a los runrunes de la montura. El día ya no necesitaba luz artificial.
El vagón de correo no llega hasta las diez y para ordenar los envíos le bastaba con una hora, pero a pesar de sus despertares, nunca aparecía después de las ocho y media por la taberna.

12 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Cuando iba leyendo la descripción del despertar del cartero me parecía estar viendo a mi hija cuando tiene que madrugar! ajajajaja


un abrazo!

Mar Cano Montil dijo...

La cotidianidad de un volver del mundo de los sueños muy bien descrita, Xóse.

Me alegro de volver a leerte, compi.

;=))

Besitos.

Teresa Cameselle dijo...

Estoy mirando tu nuevo blog, y antes de hacer comentarios a tus escritos, quiero decirte que me encanta. Lo veo alegre, luminoso, y ordenado, osea, que para mí lo tiene todo. Enhorabuena por tu nueva casa.
Un bico.

Any dijo...

Pues yo me vi reflejada en el despertar de Angel, sobre todo en la parte del espejo; también le pregunto a esa que aparece en el cristal quien es y que hace alli a esa hora!
Todos tenemos la rutina matinal mas o menos armada, y generalmente se parece a la de Angel, a la de Xosé, a la de ...
un beso

XoseAntón dijo...

Neo, Mar y Any, me parece que a esas horas coincidimos bastante; ¿a quién se le ocurriría lo de madrugar? :) Adelante, Teresa, hasta la cocina; es una alegría compartir tiempo y espacio con todos vosotros.

Una cesta de bikiños para repartir entre las cuatro.

L.N.J. dijo...

Dios, te imaginaba con este tipo de textos, pero no con esta música.

! Excelente !, me gustan las sorpresas.

Saludos.

Natàlia Tàrraco dijo...

Solventado el problemilla.
!Ave! una delícia verte escritor de nuevo, ya tardabas Xosé.
"Mandra" un pueblo da Galiza pero con acento "Mandrá", o sea pereza en catalán, lo mío este lunes como Ángel. Sigue no pares, ¿te decides a participar en JUEVEs del Gus? Verdades a pares o a médias, el tema.
Bicoooo, petó.

fonsilleda dijo...

Qué estupendo poder leerte de nuevo Xosé. Tus relatos siempre originales, siempre como tambaleándose en el filo de un cuchillo, siempre como hechos por casualidad. Todo ello no me dice otra cosa que tienen que ser buenos para conseguir que parezcan salidos del azar y no de un trabajo o un esfuerzo.
Me encanta.
Las imágenes del espejo, tan sentidas por mí misma, estupendas.
Bicos.

P.D. ¿Formato definitivo?. Ha quedado bien.

Chavi dijo...

Hola XoseAntón, me gustaría felicitarte por este relato, así como por muchos otros que has realizado. Te encontré en "En este rincón del mundo" y me alegro de haberlo hecho. Queria invitarte a dos blogs que quiero compartir contigo: elbalcondejaime.blogspot.com que ofrece ayuda blogger y miles de trucos para el blog! y vagabundia.blogspot.com que ofrece recursos y ayuda en blogger.

Para mi son indispensables para todo aquel que tenga un blog, son como nuestros maestros!!!!

Xauu

Susana dijo...

¡Uy! ¡Qué bonita la nueva aparienciad etu blog! Me gusta mucho y me encanta vovler a leerte.

Un besote

Anónimo dijo...

No es lo mismo a esas alturas de mi edad, que treinteañero.
Inevitablemente mi espejo me ha hecho haber visto eso que se va. Mi juventud...
No obstante, no me olvido. He sido aquel que ya no soy.

Pdt. Me alegra mucho, Xose, saber de tì, despuès de algún silencio.

Tèsalo

XoseAntón dijo...

L.N.J., Natàlia, Fonsilleda, Chavi(bienvenido al blog), Susana, Tèsalo, muchas gracias a todos. La alegría de estar con vosotros es mía, aunque todavía me mantengo a la espera, me sintiendo mejor por momentos.

Respecto al blog, aproveché para distraerme un poco con él. Supongo que terminado no estará nunca ¿verdad?; pero creo que incluso es mejor así. L.N.J., lo que no entiendo es a qué música te refieres; de You Tube añadí varias opciones, para que haya algo de todo y, la radio, al final me decidí por la gallega, la musical; creo que viene al caso :)