febrero 02, 2009

Martes literario


Debido a una posible ausencia, además, el texto es mayor de lo aconsejado por Mercedes, yo me adelanto. Mil disculpas.













Sinforosa



Sinforosa pelaba las patatas pensando en la siesta que tenía después de la comida. Momento que le permitía escribir las cartas a su marido. Ajena al cuadro que se había enmarcado, huía de la monotonía perdiéndose en el interior de sí misma.


La humedad de sus ojos negros proporcionaba un brillo y una profundidad en su rostro que contrastaba con la palidez de la piel y la canosidad de los cabellos. La nariz, menuda, arqueada e irritada, mostraba un enrojecimiento parecido al resfriado. La boca, de labios finos y distendidos, inclinados hacia abajo en los extremos, acentuaba la expresividad y melancolía que emanaba de aquel rostro sexagenario.

El vestido largo y negro, conformaba su imagen. Esas ropas sin luz partieron por la mitad su cuerpo joven y en ellas se refugió desde entonces. El día que su marido fue dado como desaparecido de guerra, se había puesto el primero, y a partir de aquella noticia, oscureció su manera de vestir al igual que había oscurecido su vida.


A su derecha, en la chimenea, chasqueaba la leña en medio de las llamas antes de desvanecerse entre cenizas, humo y un calorcillo. Los estallidos más sonoros llamaban la atención de Sinforosa, que giraba la cabeza para comprobar que no se habían esparcido ramas ardiendo junto a los pies de su padre. Éste se arrimaba al calor de la lumbre desde su ceguera y enajenación mental.

El mediodía se acercaba, tanto al el reloj como al estómago. La mujer suspiró, debería darse prisa. Puso la olla al fuego y la llenó de agua hasta la mitad; le echó un poco de carne, dos chorizos, medio lacón salado y los grelos para que todo se fuera cociendo. Las patatas y los huevos irían más tarde. Sin sal, bastaría con el lacón.

Un exceso comprensible en carnavales. A su padre le gustaba y poder disfrutar del banquete convertía las fiestas en sagradas. No sabía ni en que fecha se encontraba, pero seguro que se daría cuenta cuando probara la comida.


Al terminar de comer, su padre dormía un rato. Minutos que aprovechaba para escribir las cartas.

Llevaban casados tres años, siete meses y 23 días cuando su marido se incorporó a filas. Antes de la guerra se escribían cada semana; después, las contestaciones se fueron dilatando o perdiendo por el camino. Debido al conflicto, habían acordado una dirección en la que él pudiese recoger o contestar la correspondencia; pero no fue suficiente. Las cartas se iban distanciaron y, aunque Sinforosa continuó escribiendo a la misma dirección, dejó de obtener respuesta.

Al finalizar la guerra su marido no regresó, pero ella enviaba igual las cartas, casi cada mes, al mismo destino. Cuando lo dieron por desaparecido comenzó a escribir y a mandar una cada día. Aún así, nunca recibió contestación. Un año más después, empezaron a llegarle de vuelta muchas de las suyas; por lo que decidió enviarlas sin remite. Desde entonces, sin falta, a las nueve en punto aparecía en la estación para entregarlas ella misma en el vagón correo.

Necesitaba entregárselas al cartero en mano, comprobar que se embarcaban en la saca de correos. Temía que se cansara el pobre hombre, más que nada, por el tiempo y la periodicidad con que había decidido enviarlas.


También aquella tarde la había podido redactar. Y al día siguiente, a las nueve en punto, como siempre, cuando el cartero y el vagón correo coincidieron delante de la estación, Sinforosa llegó con el sobre en la mano, sellado y listo.

El nuevo cartero, un joven que sustituía al anterior, jubilado; aunque no llevaba más de seis meses en el oficio, conocía las manías de aquella mujer y la esperaba con la saca abierta. No comprendía el empeño, ni la insistencia de aquel correo; pero imaginaba el miedo que le causaría extraviar una sola carta.

Con el paso de los días, al ir conociéndola, no pudo evitar una cierta simpatía por la anciana. En su rostro veía una pena y una tristeza inmerecidas. Cada mañana, cuando se le acercaba, tenía la sensación de que la vida, a veces, se ensaña injustamente con seres inocentes para probar la generosidad en los demás.


En aquella ocasión, antes de que ella iniciara el camino de regreso, el cartero sacó una flor del bolsillo interior de su chaqueta y le dijo:


--¿Abuela, sabe qué día es hoy?


--No.


--Tenga..., es el 14 de febrero.


No había podido evitarlo. Estaba convencido de que cuando alguien era capaz de escribirle diariamente a un amor, durante más de cuarenta años, incluso con la certeza de que ya no existía; fuera quien fuese, el día de San Valentín merecía una rosa roja.

***

XoseAntón (2002-02-14)

25 comentarios:

Teresa Cameselle dijo...

Qué triste. Menos mal que estaba ese cartero, sorprendentemente sensible para alguien tan joven, para alegrar el final de la historia.

(Oye, en tu pueblo le echáis huevos al lacón con grelos? Na miña vida...)

Teresa Cameselle dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
XoseAntón dijo...

Pues sí, Teresa; en la bandeja con la carne y los chorizos, también hay simpre unos huevos cocidos. Lo que no sé es si se trata de una "receta" especial de mi madre. :)

Bikiños

XoseAntón dijo...

Gracias, Mari Carmen; sí, la guerra nos dejó un enorme lienzo negro de abuelas vestidas de negro.

Bikiños

Celia Álvarez Fresno dijo...

Tristón, pero sabemos que existen cantidad de vidas como esta en donde la guerra fue protagonista de tantas y tantas ausencias.
Es un escrito muy ameno y bonito, que termina con el regalo de una flor.
Bikiños

Moony-A media luz dijo...

Además de bien escrito, que no necesito decirlo porque es evidente, la historia engancha y enternece. A veces, para poder vivir, nos tenemos que agarrar a lo bello que tenemos, aunque sólo esté en el recuerdo.

Precioso...

Un beso grande.

M.A dijo...

Hola Xoxe. No te preocupes por haber incluido tu relato ahora. Si puedes, pues luego escribes otro; con lo bien que se te da... Pues, mira...
Tus relatos tienen sensibilidad, cuentan historias entrañables y reflejan muy bien una epoca.

Bonita historia; a veces, la ilusion es lo que nos salva.
(sigo sin tildes en mi ordenador; lo siento).
Besots
Merce.

MarianGardi dijo...

Estoy segura de que hay amores que ni la muerte los puede separar, esto le sucedio a tu protagnista.
Buen relato y fluye facil.
Bikiños

Anónimo dijo...

Enternecedor... Yo quiero el segundo capítulo, me he quedado con ganas de más.
Por un momento abandoné mi pc y me ví en la cocina, con Sinforosa, preparando los grelos.

Tu si que vales

Ricardo Guadalupe dijo...

Yo mismo no sé si cuando escribo una carta lo hago para el otro/a o para mí. Creo que Sinforosa sigue escribiendo al amor porque es una manera de vivirlo, de disfrutar viendo cómo de su espíritu sexagenario sigue emanando la belleza.
Saludos.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Precioso XoséAntón y tierno muy tierno. ¡Lo que no se haga por amor! no se hace por nada.
Un beso

Anónimo dijo...

Me ha parecido precioso,conmovedor, una autentica historia de amor, aferrarse a la esperanza.
cuantas mujeres habran vivido eso en sus carnes....

Felicidades

fonsilleda dijo...

Preciosa historia Xosé, romántica, tierna y dulce. Yo no la encuentro triste. Quizá ella ya supiera que sus cartas no tenían destinatario pero que éste, dónde fuera que estuviera, sí que recibía el acto de amor que ella diariamente le dedicaba.
Xa chega o entroido e nótase. Bicos.

≈♦ Mi Sentir ♦≈ dijo...

PARA TI
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____█████______█ es una historia muy hermosa, deseo que estes muy bien en este dia te dejo un beso y gracias por estar a mi lado en el blog.

XoseAntón dijo...

A tod@s gracias, disculpadme si no os contesto de uno en uno, pero es que el sentimiento hacia vosotros es el mismo; único: un sincero agradecimiento y el ánimo y la fuerzas para insistir en es sueño imposible.

Apertas e Biquiños

Pd. mil disculpas por mi estado "guadiana, pero estos días ando liadillo.

Fermín Gámez dijo...

Una rosa roja que contesta a tantas cartas. Una rosa roja queriéndose convertir en tantas respuestas que no pudieron ser.


Bello texto, XoseAntón.

ASOCIACIÓN SOCIOCULTURAL ATAMAN dijo...

Muy hermoso lo que se establece entre el que está de afuera pero comprende y acompaña de alguna manera el dolor que no lo pertenece , un beso me encantó .

Anónimo dijo...

Me encanta la plantilla que utilizas en el blog, se que suena a comentario estupido, lo se, además por lo poco que vi no está nada mal el sitio, saludos desde Argentina.

Chu dijo...

Muy bonito, Xose, y da mucho que pensar. Sobre la vida, la esperanza que nos anima a seguir adelante y nos hace agarrar cualquier posibilidad por pequeña que sea... en fin, el Amor, que cuando es de veras no se desvanece por más tiempo que pase ni por larga que sea la distancia.
¡Precioso!
Un beso.

≈♦ Mi Sentir ♦≈ dijo...

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(¸.-´ (¸.-` ♥♥´¨) ♥.-´¯`-.- ♥. Hola amigo que disfrutes de este semana, te dejo un abrasito y gracias por acompañarme en mi blog, buenas tardes.♥

Maite dijo...

Hola... de nuevo en otra entrada te he dejado un comentario, sí eres de La Coruña, he ido a mirar después de ver la Torre de Hércules, yo también la tengo en mi otro blog, soy pelusa y pande, perdona que no haya venido antes por aquí.

biquiños

Maite

P.D. Buen blog el tuyo!!

Maite

Poetas Anónimos dijo...

Hola!!!Te invito a participar de un nuevo espacio, seria un gusto tenerte entre los usuarios y/o entre los comentaristas,
intentamos crearlo en comunidad de escritores(POESIAS, CUENTOS, ETC).
la direccion es http://poetasanonimossa.blogspot.com
en la pagina esta como registrarte para poder publicar, espero tu respuesta, muchas gracias.
El mail por cualquier duda es poetasanonimossa@ymail.com.

P.D:Si te gusto la idea puedes invitar a mas escritores a sumarse, Gracias nuevamente.

Alejandra Menassa dijo...

Hola Compañero de Bohemia, me estoy dando una vuelta por los blogs para conoceros. Me gustó tu relato. A veces un pequeño gesto humano de un desconocido es todo hacer algo por la felicidad de otro sin segundas ni terceras intenciones.
Un saludo

Paco dijo...

Triste la verdad.

Pero encierra algo tan humano como es el amor.
El verdadero amor es el que no se olvida.
(Aunque otras muchas veces sea necesario)

Un abrazo tardío.

Per anar fent gana dijo...

emocionante!! CASI SIN RESPIRAR TODO EL TIEMPO SABES QUE ME HE EMOCIONADO Y TODO?
que sensibilidad gracias xose que bueno!!
BUENISIMO !!
creo qye mercedes oficiara una boda aun que de momneto estamos a la espera jejeje

el dia de san valentin ..bueno de risa unas sonrisas siempre estan muy bien
un abrazo