enero 30, 2009

La Cabina


¡La cucaracha, la cucaracha...., ya no puede cami...! —Era la sintonía del móvil de Pepe.

—No te oigo, ya te llamaré más tarde...

El ruido, los bocinazos, el atasco del mediodía en todas las ciudades, no le dejaban oír. Se apartó a una zona más tranquila para refugiase del ruido. Allí había una cabina y al verla entró en ella.

¡La cucaracha, la cucaracha..., ya...!

—¿Sí...? sí, ahora te oigo mejor; dime.

Unos golpes en el cristal de la cabina interrumpieron su conversación. Con la mano indicó al individuo que estaba fuera que esperara un poco. Pero éste, con cara de pocos amigos, aporreó con más fuerza la puerta. Entonces Pepe, molesto, gesticuló de nuevo; en esta ocasión señalando un lugar determinado.

El energúmeno, enfurecido, abrió la puerta, agarró a Pepe por las solapas y le dio un puñetazo en toda la cara.

Pepe, tirado en la acera, atontado por el golpe, miraba cómo aquel tipo descolgaba el teléfono de la cabina; mientras lo seguía insultando.

—¡Chulo, chulo de m...!

Al otro lado de la acera, el móvil de Pepe, pitaba anunciando que se le había agotado la batería.

16 comentarios:

/ dijo...

Excelente post, una muestra cabal de la intolerancia y la falta de respeto al semejante, algo que se está transformando en "normal".

Besos, y cuando tengas un rato libre, te espero en mi post.

ASOCIACIÓN SOCIOCULTURAL ATAMAN dijo...

Vivimos en un mundo de conectividad ? o es lo que nos hacen creer ? muy bueno !Un beso desde esta isleña mañana de sol

fonsilleda dijo...

Me ha encantado el pequeño deje de sarcasmo reflejado en el post.
Divertido, tristemente con el fiel reflejo de la mala educación que hoy día impera en las calles y con esa actualidad que le prestan los "mancontros" y su uso desmesurado y contínuo.
¿Cómo nos las arreglábamos antes?.
Dejo bicos

MarianGardi dijo...

Xose te espera un premio en mi blog.
Pasa a recogerlo cuando puedas.
Besos

Celia Álvarez Fresno dijo...

Xosé. La intolerancia, con música y letra cucarachil.
Muy bueno
Bikinos

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Hay gente maleducada de verdad. Es verdad que Pepe no se debía de haber metido en la cabína; pero el otro individuo, ¡que bestia!. En fin, hay gente para todo
Un abrazo

~¿si él=Sol, io=Andròmeda?~ dijo...

^-^ Wao! como mantiene hasta el final. Keriendo saber lo ke pasará. Lo mejor es ke aunke paresca sin mucho sentido a todos nos recuerda ke kabrona se esta poniendo, cada vez más y más, esta fucking! vida. Lol ^-^ pero na hay que seguir... ¡Infinitas gracias! Diviertanse / ¡pasen buenas! Ciao. ^-^

Anónimo dijo...

la intolerancia hace que los imbeciles se crean poderosos, y solo son imbeciles.

un abrazo.

Moony-A media luz dijo...

Comunicación e incomunicación caminando a la par.
Porque, no hay peor obstáculo a la palabra que la violencia.

Genial.

Un beso grande.

Per anar fent gana dijo...

muy bueno xose
la cancioncilla jejeje ,ya no me acordaba de la cancioncilla de la cucaracha .aggg me dan un yuyu tremendo!!
BIKIÑOS PARA TY
meggan

Fermín Gámez dijo...

¡¡¡Y encima se queda sin batería, después de haber provocado tal escenita!!!

Yo creo que los móviles en el fondo tienen algo de diabólico. Y encima esta sociedad tan dada a las brusquedades.

XoseAntón dijo...

Es un verdadero placer veros por aquí, a todos; tanto a los que ya son casi familia, como a los nuevos. Muchas gracias, de verdad.

Bikiños e apertas

Paco dijo...

Me estoy imaginando ese movil sonando con esa musiquilla.

Al principio pensé en la pelicula de La Cabina. Aquelle de Jose Luis Lopez Vazquez.

Un abrazo de madrugada

Teresa Cameselle dijo...

Yo también pensé en la película protagonizada por López Vázquez.
Tampoco es que el relato se aleje mucho de aquella, es una muestra de como la comunicación moderna nos incomunica respecto de nuestro entorno.
Paisano, te voy a contar una anécdota de Carlos Casares. Contaba en cierta ocasión en su añorada columna de La Voz de Galicia, que estaba escribiendo sobre la Catedral de Santiago y se pasó un rato mirando fotografías en libros, hasta que se dio la vuelta, se asomó a la ventana, y allí enfrente tenía la Catedral. La costumbre, que comparto, de buscarlo todo en los libros, le hizo olvidar el lugar en el que se encontraba.
Del mismo modo, tus protagonistas, acuciados por su necesidad de hablar por teléfono, son incapaces de dialogar entre ellos.

Anónimo dijo...

Me recuerda la chulería de cierta capital a la que fuí a parar...
Tal vez hoy pretender llevar siempre la razón, tanto si la tienes como si nó, esté de moda en todos los sitios. Pero en su día, esas pautas de comportamiento me escandalizaban, acostumbrada como estaba a otras formas.

Muy bueno el relato.

Un abrazo

Maite dijo...

Hola Xose:

Soy pelusa y perdona, no he podido venir por este tu blog hasta hoy, es magnífico.

Eres de La Coruña??, antes de irme veo de nuevo tu perfil.

Mi familia materna es todita de La Coruña.

Muchas gracias, ya veo que tienes mi otro blog ahí expuesto. Te invito al que escribo cosiñas pero mías.

Un abraciño, Xose y perdona la tardanza.

Volveré!!

Maite