enero 02, 2009

Año Nuevo, vida...


Eso creí hoy, cuando entre en el bar. La mesa pequeña, de dos plazas, en la que suelo tomar el “carajillo” mientras escribo unas palabras para subir al blog, fue invadida por seis mujeres que medio asaltan otras cercanas, al robarle sus sillas. En la hilera próxima a las ventanas no hay sitio y, obligado, me siento en la otra punta del local; en la fila vacía, frente al lugar de siempre. Desde allí, la perspectiva da un vuelco, ni las imágenes diarias resultan familiares; luces y sombras parecen encaprichadas en convertir lo viejo en nuevo. Pero todo es apariencia.

A mi izquierda, cuatro ancianas charlan a gritos; enfrente, otras tres mujeres de mediana edad, conversan bajito, o eso intuyo por los gestos y porque se acercan para oírse. En la mesa contigua, más a la derecha, dos jóvenes escoltan a una chica tres o cuatro años mayor que ellos; parecen adorarla y ella, halagada, reparte sonrisas. Después de estos, el grupo del que hablé; ruidosas a veces y otras entre susurros. Varían y modulan sus palabras como sus edades, sonríen y muestran gravedad en los gestos, con la rapidez que gesticulan sus manos.

Un barullo de voces y ruidos, indescifrable, entre los que se cuela el mismo programa de los tres o cuatro televisores que cuelgan de las esquinas, situados a propósito, para que nadie se escape de su canibalismo mental.

A mi espalda, en la barra, situados de modo estratégico, un banco sí y otro no (puedo afirmarlo sin necesidad de mirar); los hombres, más descuidados de presencia que las mujeres, leen el periódico deportivo, acarician sus consumiciones, cerveza en la mayoría de los casos; o se van con la vista detrás del culo de la camarera. Una melena y una sonrisa de cine; muy guapa de cara, pero de andares y formas hombrunas. A pesar de unos pechos bien parados, las caderas y la cintura no son femeninas; da igual, los ojos del deseo ven mucho más allá.

Con el “carajillo” a medias y el relato sin decidir, una pareja joven, con un niño pequeño, dos o tres años, ocupa la mesa pegada a la mía. Apago el pitillo y cierro la libreta.

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9 comentarios:

Paco dijo...

Vaya bar más curioso Xose. Donde hay mujeres hay "vidilla" siempre.

Bueno al menos el dueño no se quejará de la crisis...

Me gusta como escribes por si no lo sabías ya (jeje).

Un saludo compañero

Anónimo dijo...

Me he sentido como si estuviera dentro del bar acompañándote XoseAntón, incluso escuchaba el jaleo en mi cabeza.

Curioso lugar en el que uno se puede perder en medio del bullicio con un papel y un lapiz , e incluso en ocasiones, estar a solas con su inspiración en medio de él.

Yo tengo media vida escrita en servilletas.

Un estilo personal y unico el tuyo, no cambies.

Un beso de año nuevo

Carmen

Flipo en octarino dijo...

Xose, si has podido escribir con todo ese barullo, eres casi un genio ;-)

Un beso,

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Cuando te pones a observar la gente que te rodea, realmente es curioso todo lo que descubres y claramente te puede salir un relato, imaginándote la historia de cada uno.

Un abrazo

XoseAntón dijo...

Amigo, Paco, que razón tienes; claro que donde hay mujeres hay vida. Ellas son la vida. El local ayuda, desde luego; es un acierto de dueño.

Sería un placer invitarte a un trago, Brisa67. Algo así, con retales surgidos de forma caprichosa, derramando literalmente el tintero sobre lo blanco.

Es curioso, Flipo, pero es así como más me rinde y más fácil me resulta. En casa, con tiempo y con el portátil, no avanzo de la primera frase. Me paso el tiempo corrigiendo.

Sí, tienes razón, Carmen. Lo curioso es que nunca se sabe con certeza cuando esa gente que contemplas da pie a los personajes o cuando éstos se aprovechan de esas personas para salir de su encierro.

Bikiños e apertas (en gallego son más dulces), para todos.

El desván de la memoria dijo...

Bravo por la remodelación del blog. Ha sido como entrar en una casa recién decorada, todavía más agradable, cómoda y acogedora.
Un abrazo,
Ramón

Ave Mundi Luminar dijo...

Al igual que me sucede con los textos de Paco, es un placer abrir los ojos a través de los tuyos en esa escena y "sentir" como se dibujan los matices a través de una retina que a mi modo de ver, emplea trazos magistrales.

Ese es uno de los verdaderos fines yo le encuentro a lo que se transmite a través del blog.

Un abrazo y "larga vida al nuevo look"

M.A dijo...

Hola, Xoxe:
Es un placer entrar en tus textos y acompañarte en alguno de tus momentos cotidianos. La escena y el decorado me han parecido tan perfectos que incluso he percibido olores, sonidos y todo ese barullo que explicas como si lo hubiera vivido desde una de esas mesas del bar.
Enhorabuena, te ha salido un texto magistral.
Cuando inaugures tu nuevo espacio me avisas, que me llevo cava y papelillos.

Anónimo dijo...

Una descripción perfecta. Leyendote hasta he notado el aroma...

Un abrazo.